No hay más.

Alguien me ah dado, como lo dieran a Harry Haller un «Tractat del Lobo Estepario», el libro de Hesse del Lobo Estepario, y hago la similitud porque me encuentro descrito en ese libro, quizá sea demasiado privado comentarlo, pero es indiferente para el flujo de personas en este medio. Y justo cuando comenzaba por pensar que no me parecía del todo, aparece al mismo tiempo, tanto en la lectura del libro como en mi vida «Armanda» [cosa que no entenderás si no conoces de dicho texto].

Estoy en la comodidad de mis aposentos, y alejado de todo el mundo, pensando en las trivialidades de mi vida creyendo que nunca otro hombre a tenido problemas mayores a los míos, vamos Jesús! vuelve de donde sea que estés! (me refiero a mi mismo, pues me siento en otro mundo).

No saben cuantas ganas de tengo de un tinto tinto, de perderme en los placeres simples de esta vida, de quitarme las complicaciones de la escuela y el trabajo… De no tener nada mas que hacer mas que estar conmigo mismo, desgraciadamente no soy tan simple como Francisco, el de Asís, y tampoco el mundo es tan arcaico como en ese entonces… Mi dependencia de libros, internet, café, vino, sexo, música, cerveza, y mas cosas. Son grandes como para convertirme en el anacoreta que deseo en mi vida

NO HAY MÁS, SÓLO MUJER PARA ALEGRARNOS…

No hay más. Sólo mujer para alegrarnos,
sólo ojos de mujer para reconfortarnos,
sólo cuerpos desnudos,
territorios en que no se cansa el hombre.
Si no es posible dedicarse a Dios
en la época del crecimiento,
¿qué darle al corazón afligido
sino el círculo de muerte necesaria
que es la mujer?

Estamos en el sexo, belleza pura,
corazón solo y limpio.

Jaime Sabines

O solo será que no lo deseo tanto… después de todo, no hay mas… como dice ese verso. O será que estoy influenciado por el pesimismo suicida de Hesse… puede ser que después de todo no sea tan malo la lectura barata. O menos peligrosa al menos, pues no hay mucho que pensar.