Me gustaría tenerte desnuda ahora
y poder hablar de tu cuerpo,
de la distancia exacta que hay entre tus senos,
me gustaría poder contar desde tus piernas,
ese par de tijeras
con las que has podado mis pudores,
con las que abrazaste mi inocencia,
hablar desde tus manos y de las caricias que estas encierran,
de tus ojos y de la paz con la que nado en ellos,
de tus caderas firmes y de tu vientre plano y de tu sexo,
ese eterno manantial de mis pecados,
de tus pies que marcan mis pisadas,
de tus uñas y como dibujan con la sangre de mi espalda,
de tu lengua como ágil oponente de mis dientes
y de toda tu cuando estas desnuda.
Me gustaría tenerte desnuda ahora,
aquí
para no contarles nada.