«Y a aquel que es poderoso para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de su gloria con gran alegría»(Jud 1.24). Que manera tan original de despedirse de Judas en este texto.
Suena muy sencillo, todos conocemos textos como «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece», «Si Dios conmigo quien contra mí». Pero y a todo esto ¿cómo es que funciona? ¿en qué radica la fortaleza que recibimos del Señor? ¿Cuáles son los pasos para mantenerse limpio sin caída, quizá Judas no se tomó la molestia de contarnos, pero Pedro sí.
En la segunda epístola de Pedro del versículo 5 al 12 encontramos la lista de cosas necesarias para no caer jamás. Primero que nada se encuentra la diligencia, diligencia es hacer la cosa rápida, bien hecha y completa, no a medias ni casi hechas, por completo terminada sin posponer nada. En Lc 1.3 encontramos que Lucas investigó con diligencia todas las cosas desde su origen escribiéndolas por orden (4) para que conociera (Teófilo) la verdad de las cosas en las cuales había sido instruido, Lucas fue un hombre diligente.
Una vez entendido que hay que ser diligentes en todo no es suficiente hay que hacer las cosas con fe (Col 3.23) haciendo todas las cosas no para los hombres sino para el Señor, a esta fé que radica en hacerlo para el Señor se le agrega virtud.
Virtud es la excelencia en; en la escuela, en el trabajo, en cualquier cosa que te desenvuelvas tienes que ser excelente por que ser bueno en algo no es suficiente hay que ser excelente.
Para poder conseguir la excelencia hay que estar preparado hay que adquirir CONOCIMIENTO «Mi pueblo fue destruido por falta de conocimiento» (Oseas 4.6). El no conocer las bendiciones de Dios para tu vida te hace no tenerlas no aprovecharlas no reclamarlas. No es malo ser ignorante, todos lo hemos sido, la diferencia es que no todos nos quedamos así. Malo es quedarse ignorante.
Una vez preparado agrégale dominio propio para tomar el control completo de tí mismo pero no en tus propias fuerzas sino en las del Señor, de otra manera caerás. Una vez recibiendo el Poder de lo alto que es el Espíritu Santo, para dominar sentimientos, emociones, pensamientos, actitudes, percepciones, conducta, llevándolas a la Cruz.
Una vez con el dominio propio vendrá la paciencia que es la capacidad para pasar las dificultades sin alteración y sin queja enfrentando los problemas sin huir de ellos. Saber esperar en el Señor es también parte de la paciencia hay que saber esperar el tiempo de Dios, sus Promesas y aceptar su sí, su no y su espera.
Y si ya está difícil esta lista nada más súmale piedad, afecto fraternal, y amor, el primero es el temor a Dios como consecuencia de la conciencia de su presencia en todo momento, el afecto y respeto al prójimo tratándolos bien. Pero recuerda que Jesús era manso no menso. Tu sufrimiento personal a costa de alguien que te asedia si no tiene un propósito no lo sufras, eres manso no menso. Amor el último ingrediente por que el que no ama no conoce a Dios, por que Dios es Amor… la mejor definición de Amor está en corintios 13.
Si ustedes conocen a Jesucristo harán todo eso y tratarán de hacerlo cada vez mejor. Así, vivirán haciendo el bien. Pero quien no lo hace así es como si estuviera ciego, y olvida que Dios le ha perdonado todo lo malo que hizo. Hermanos, Dios los ha elegido para formar parte de su pueblo, y si quieren serlo para siempre, deben esforzarse más por hacer todo esto. De ese modo nunca fracasará en su vida cristiana, y Dios con gusto les dará la bienvenida en el Reino de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien reina para siempre. (2 Pedro 1.8-11).
Jesús García
Ministerios JM