Al fin presente ese examen de ecuaciones que me tenia tan ocupado, ya aun pasando o sin pasar, de cualquier manera no seré evaluado nuevamente hasta dentro de un semestre pues eh quedado suspendido. Al menos es una materia que no domino… es decir si fuera del grupo de las que imparto asesorías que poca credibilidad.
Buen fin de semana, y apenas empezando… de nuevo con esto de las asesorías. [después continuo con la entrada] hay que desayunar. =D.
El dia termino de una manera nada prevista, completamente fuera de zona de confort, llegaron los chicos a las asesorías de mecánica (amigos de la facultad mas que estudiantes de asesorías), y terminando decidimos afianzar los conocimientos con un vaso de vodka, néctar de mango, y una bebida energética. Combinación que irónicamente me dio sueño, asi que les dije formalmente «amigos esta es su casa, pero caiganle». En realidad notaron mi estado de somnolencia.
No había yo terminado de pasar los estragos de esa bebida cuando Edgar, un viejo amigo que no veo hace mucho tiempo, me llamo y me dijo; «que onda Chucho, unas cheves» con toda la clase posible con que eso puede ser pronunciado. Desde luego por patriotismo a la amistad no podía negarme. En lo que esperaba su llegada, mi Anita me llamo y platicamos no se que tanto de no se que cosas. Ya para cuando llego, lo de siempre de mis viejos tiempos, ir a un deposito comprar elegantemente 20 medias para colocarlas en una cubeta de pintura (sin pintura) pero con hielos. Y a desvelarse como los viejitos en la entrada de la casa.
Ya entrada la noche nos toco ver una persecución, bueno en realidad solo el trayecto por avenida las puentes, pero toda la movilización de camionetas y atos de los azules … a quien seguían… no tengo la menor idea. Pero lo primero que dije cuando cerraron la avenida justo frente a nosotros, «al primer disparo, al piso no quiero balas perdidas.» Por suerte se escucharon lejanos.
Continuamos hasta que paso el primer camión de trasmetro, en ese momento supe que era hora de dormir.
Jesús Manuel García 