Una Ciudad sin Música

Y todo lo que contare paso porque te (les) gusta usar la filosofía privativa

Hoy fui a pedir trabajo a Gamesa, y me hicieron esperar algunas horas en la entrada. Todo para decirme al final: «Ven mañana, a partir de las ocho am», después de esto tomamos la ruta 134, para ir al centro.

En el trayecto le platicaba a mi hermana algunas de las cosas que haría de ser yo quien tuviera la autoridad. Le comente que la mayor parte de las cosas que dejan buen dinero están al margen o afuera de la legalidad, y ademas por fuera de la moralidad.

Muchos de los problemas que existen es por que la sociedad no regula dicha actividad, como lo puede ser las drogas, que de ser legales (aun mas) se convertirían en bolsitas para llevar junto a las revistas, dulces y triques en el pasillo previo a la caja de Wallmart.

Una de las cosas que se me hacen en sumo importantes, es el que cuando una persona muera ya no se pertenezca… es decir que su cuerpo no este sujeto a los deseos de la persona antes de morir, que pueda ser reutilizada la parte re-utilizable… en especifico me refiero a los órganos para trasplante… aumentando la oferta de estos en la sociedad y disminuyendo el trafico de órganos y el costo de los trasplantes.

Y quedo de esa manera, sabia que no podía hablarle de la libertad en la información, de los beneficios de compartir las cosas que tuvieran un costo marginal con tendencia a cero, y un beneficio a la sociedad a manera de efecto bola de nieve (ya saben esa que rueda y rueda y se hace mas grande).

Pero se dio la oportunidad al estar en el centro, mientras «morelea-vamos», mientras ella buscaba los letreros de «solicito empleada» (o sus variantes), notamos un silencio extraño en esa calle tan concurrida, un silencio de pueblo pequeño, como Salamanca, mi tierra o mi rancho. El silencio consistía en que el único ruido que existía era el de las personas.

Quizá a esta altura ya entendiste lo extraño de la situación, entrar a las tiendas en una avenida concurrida, y no escuchar nada mas que el ruido de las personas… falta algo.. ¿que es? ¡MUSICA! todas las tiendas en silencio. Una ciudad sin música.

¿Y a que se debe? Al amor de las personas por lo privativo, del amor de las personas por que controlen su información, su vida y sus cosas. Ahora no es suficiente con tener el compacto original en Monterrey… tienes que tener un permiso para escucharlo en bocinas que trasmitan mas aya de tu persona. Ya que de no tener el permiso que es pagado a las disqueras, te mueves fuera del famoso eslogan famosos de «por una cultura de la legalidad»

Y agarrence solo es el principio. Y sigan usando software privativo o pirata… que es lo mismo. Los verdaderos ladrones son las organizaciones que quieren a costa de muchos, enriquecer a unos pocos. Les agrego un link para que vean que ocurre en España, para que vean lo que viene a México.

Después de contarle a mi hermana todo esto, la he convencido por fin de usar OpenOffice, y llegar a las alternativas libres. No queria creerme, hasta que vio en las tiendas estos anuncios de protesta contra esa «ley». Que fue tomada por una minoría, para ayudar a una minoría, y aprobada por que supuestamente ellos representan a todo el pueblo. Gobierno corrupto, ¡México esta secuestrado!

Les debo la foto de los carteles, mañana es lo primero que haré. Lo que si hice inmediatamente fue pensar… de tener la autoridad, crearía una sociedad demócrata, donde no se eligieran puestos de cenado o congreso para hacer las leyes, mas bien, las leyes se elegrían democratamente. Con tanta tecnología de la información, tiene que haber un modo de ser posible.

2 comentarios sobre “Una Ciudad sin Música

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