Desde el muelle.

No es la primera vez que recuerdo esa vista, es uno de mis lugares favoritos. Siempre recordare la noche que después de un día muy cansado de trabajo, reparando y haciendo arreglos en una casa, compartí una platica con mi padre y un par de cervezas con él y con unos pescadores. Y luego regresar y ser regañados.

Para cuando acudí con mi padre, el muelle ya estaba averiado por algún huracán, pero antes de eso hubo muchos otros amaneceres, atardeceres y noches, que compartí en ese lugar. Imagino que a causa del sol (agobiante en la playa) procuraba ir en alguna de esas opciones mas amigables con mi piel.

Hoy estaba recordando la vista del mar desde el muelle y busque la foto. Por alguna razón no recordaba que el muelle estaba deteriorado, solo recordaba lo bonito de ese lugar. Lo mismo que los otros recuerdos que tengo en ese lugar. Y se me vino a la mente el siguiente salmo:

«Señor, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados, ¡y cuán fugaz es mi vida!

Salmo 39:4 NTV

Es curioso porque justo ahora, estoy descansando de estar preparando la venta de un montón de cosas que representan el fin de una etapa en mi vida (y aprovecho para escribir). Jah me permite recordar que precisamente así es esto, así de efímero, así de breve pues solo estoy de paso.

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