marzo 8

Acabo de ver una publicación que dice: «ninguna revolución se consiguió regalando flores» y adjunta al texto una imagen donde están (en las marchas del 8 de marzo) destrozando algún lugar. Desconozco, y tampoco lo dice en la publicación, que lugar es al que están afectando.

Me parece que hacer esos destrozos durante las manifestaciones es poco efectivo comparado con realizar técnicas de protesta como las descritas en el libro «From Dictatorship to Democracy, A Conceptual Framework for Liberation» (teoría que fue aplicada, con éxito, en la primavera Árabe). Claro, tendrían que ser focalizadas ya que no es contra un régimen, sino contra una cultura.

Me acordé de esa fotografía con el comentario de la publicación que vi «regalando flores». La foto fué tomada por Marc Riboud, junto con otras más, en octubre de 1067 durante las protestas contra la guerra en Vietnam, la joven Jan Rose Kasmir (de 17 años) se enfrenta con una flor a soldados armados con bayonetas ante el Pentágono de los EE UU. ¿Cuál debiera de ser el plan estrategía para cambiar la cultura en curso?

Salmo 131

Señor, mi corazón no es orgulloso,
ni son altivos mis ojos;
no busco grandezas desmedidas,
ni proezas que excedan a mis fuerzas.

Todo lo contrario:
he calmado y aquietado mis ansias.
Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre.
¡Mi alma es como un niño recién amamantado!

Alma mía*, pon tu esperanza en el Señor
desde ahora y para siempre.


No es exactamente así pero me gusta personalizarlos, cuando leo cambio las referencias de tercera persona o de grupo, o al pueblo en general por algo más personalizado. Donde dice Alma mía originalmente dice Israel (en la NVI). Este Salmo corto y profundo de David, me hace meditar en la forma en que este mundo nos quiere valorar, con criterios que a los ojos de Dios no tienen valor. No hay que ir tan de prisa, no hay que afanarnos. Todo llega en su momento, todo lo que necesitamos, como añadidura.

Cereso

El Señor es mi pastor, tengo todo lo que necesito. Sal 23:1

El martes pasado me invitaron a una visita al CERESO (apodaca). Los invitados eran aquellos «inquilinos» que han dejado de recibir visitas. Pero son tantos que cada ocasión que van no se repiten, es impresionante la necesidad que hay dentro.

Por supuesto que desde nuestro privilegio podemos pensar que somos muy diferentes, pero no es así. Recuerdo que una de las pregunta que se hizo fue «¿Qué me dirías si te digo que estas aquí porque Dios te ama?» a lo que hubo varias respuestas…

Pero ninguna de ellas estaba de acuerdo con esa aseveración. Luego se les hicieron un par de preguntas ¿cuántos tienen alguien que hubiere muerto? (claro, no recuerdo las palabras exactas que se usaron) pero la gran mayoría levantó la mano.

Entonces hubo un silencio, y pudo sin problemas llegar la segunda pregunta: ¿Cuántos tienen a alguien que se encuentre perdido, ido completamente, a causa de las drogas? Y prácticamente las mismas personas levantaron las manos…

Lo siguiente fue; como les dije hace unos momentos «están aquí porque Dios los ama. Si estuvieran afuera seguramente estuvieran en alguna de esas dos condiciones, sin embargo ahora están aquí, perfectamente conscientes y sin peligro de muerte (al menos no de ese indole). están aquí porque, lo crean o no, Dios les ha puesto una pausa a su vida y les ha dado una oportunidad de recapacitar, sin importar lo que hubieran hecho, en este momento pueden tomar nuevas decisiones»

Fue increíble el ambiente que se sintió en ese momento, la atención era plena en ese momento. Yo no era quien hablaba, me limitaba a cargar los lonches y kits de limpieza para los más de 60 espectadores. Pero también estaba siendo ministrado.

El líder a quien yo acompañaba es alguien que en algún momento se había encontrado del otro lado de la plática (preso) y por supuesto los entendía y siente empatía al cien por ellos. Yo, a la verdad, no entiendo por lo que están pasando con exactitud, sólo teorizó sobre eso.

Dentro del CERESO es otro mundo, pero no muy diferente, con las mismas opciones que tenemos afuera; hay trabajo legal y trabajo ilegal. Y Dios sigue poniendo las mismas alternativas; «delante de ti está el bien y el mal, tu eliges».

La sesión terminó y regresaron a lo que tenían que regresar (no tengo idea). Los que tenían preguntas, después del tiempo de «lunch» se quedaron y hablamos con ellos. No fueron muchos, ya publicare sobre ellos después.

Lo que sí descubrí es que dentro hay necesidad, como la hay afuera. No tengo idea de como, pero la próxima ocasión que asista hay que llevar, al menos, 50 biblias. Si te gustaría formar parte de, mandame un mensaje. Ya sea en especie, en voluntariado o en efectivo.

A final de cuentas, la realidad es que la última palabra sobre sus vidas no se ha escrito y todo puede cambiar, sería gratificante ser parte de ese cambio.

Isaías 43:2-3a

Cuando cruces las aguas,
yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos,
no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego,
no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
Yo soy el Señor, tu Dios

Isaías 43:2-3a

Observemos que Isaías empieza las oraciones con la palabra «cuando» y no «sí», cuando cruces las aguas, cuando cruces los ríos, cuando camines por el fuego. «Cuando» significa que en algún momento sucederá así que debemos estar preparados.

Cuando cruces las aguas habla de la profundidad de la prueba, cuando nos sentimos sofocados pero Dios dice «yo estaré contigo», luego vienen los ríos que hace alusión a la fuerza, a la turbulencia pero «no te cubrirán sus aguas», finalmente habla de la intensidad que la prueba puede tener «cuando camines por el fuego» pero esta la promesa de que nos levantaremos sin quemaduras. Este pasaje tiene motivos para tener esperanza en momentos de angustia, Dios dice: Yo estaré contigo, no te cubrirán las aguas, no te quemaras. El transformara el mal en bien, y lo que nos pasa lo transformará para su gloria Él está conmigo, el va delante de mí, Él es siempre fiel, así que confiemos en sus promesas. (Vuelve a leer e pasaje).

Ciudad refugio.

Hace no mucho estábamos buscando una canción que dice en alguna parte «en su presencia» pero no recordaba más letra de la canción. Solo la tonada y la frase. Fue cuando me tope con una canción y con lo siguiente.

Es una comparación, quizá una coincidencia (si es que existen), en el antiguo testamento en el periodo de la Ley fueron establecidas ciudades refugio para que cuando alguien cometía un homicidio imprudencial pudiera escapar de quien quisiera reclamar su vida (vengarse) por la muerte del familiar. (Josué 20:1-6) A quien llegara pidiendo asilo, sería recibido (después de exponer su caso a los ancianos de la ciudad, para que estuvieren enterados y le dieran un lugar en la ciudad) y no perdería la protección mientras el sumo sacerdote en curso estuviera vivo y se quedara en la ciudad. Al finalizar podía/debía regresar a su ciudad.

Y ahora, en el periodo de la gracia, es aun mejor porque todo el que pida refugio, será protegido pues Dios protege a los que en él buscan refugio, encontrara la protección de sus transgresiones mientras él sumo sacerdote en curso viva. Afortunadamente, en curso, tenemos un sumo sacerdote que no va a morir jamás; Jesús (Hebreos 4:14).

Desde el muelle.

No es la primera vez que recuerdo esa vista, es uno de mis lugares favoritos. Siempre recordare la noche que después de un día muy cansado de trabajo, reparando y haciendo arreglos en una casa, compartí una platica con mi padre y un par de cervezas con él y con unos pescadores. Y luego regresar y ser regañados.

Para cuando acudí con mi padre, el muelle ya estaba averiado por algún huracán, pero antes de eso hubo muchos otros amaneceres, atardeceres y noches, que compartí en ese lugar. Imagino que a causa del sol (agobiante en la playa) procuraba ir en alguna de esas opciones mas amigables con mi piel.

Hoy estaba recordando la vista del mar desde el muelle y busque la foto. Por alguna razón no recordaba que el muelle estaba deteriorado, solo recordaba lo bonito de ese lugar. Lo mismo que los otros recuerdos que tengo en ese lugar. Y se me vino a la mente el siguiente salmo:

«Señor, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados, ¡y cuán fugaz es mi vida!

Salmo 39:4 NTV

Es curioso porque justo ahora, estoy descansando de estar preparando la venta de un montón de cosas que representan el fin de una etapa en mi vida (y aprovecho para escribir). Jah me permite recordar que precisamente así es esto, así de efímero, así de breve pues solo estoy de paso.