En una platica, con mis compañeros de la escuela, escuche como es cada uno ah vivido de una manera u otra el efecto de los Zetas en este estado (NL)… aun no había digerido por completo las noticias de la mañana cuando me recordaron ese tema.
Me hizo pensar por mucho mas que un solo instante en estos tipos como lo peor del mundo, mirarlos con resentimiento y se podría decir rencor. Continuo el día y me quede con esa manera de ver.
Ya después de algunas clases, en la cafetería mientras comía, note que una abeja había quedado atrapada en un vaso invertido… la mire con compasión, me acerque eh invertí el vaso sacándola de su prisión de plástico.
Me puse a pensar en que uno solo puede mirar con compasión a aquellos seres que no pueden salir de donde están sin alguna ayuda, seres que no pueden ver claramente lo que tienen en frente y aun cuando tengan conciencia del problema incapaces de salir del hoyo (del vaso en el caso de la abeja).
Quede en silencio y en mi mente repase como es que miraba a las personas, me trajo a pensar en grupos que me caían bien, que me caían mal, que no conocía, que conocía, que me gustaban y que no. En el conductor del tigrebus con el que tuve un altercado, en el jugador del equipo que juega sucio, en el oficial que pidió la mordida, en la persona que le ofrece la mordida, en el ciego que pide en la avenida, en aquel trotamundo que no tiene donde pasar la noche, en los zetas, en mis amigos… Y me di cuenta que tengo muchas miradas diferentes, una mirada para cada grupo que separo en mi mente.
Desde luego que dentro de esa meditación me pregunte… no creo saber nada de esa abeja me basto con saber que era una abeja y que no podía salir de donde estaba. Luego me pregunte ¿de que manera ve Dios a las personas?
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Mateo 9.36
No hay duda que tengo que revisar mis optrias espirituales, hay que enfocar las cosas como verdaderamente son, realmente debo no solo mirar a las multitudes, si no mirarlas como El las ve. Selah
Gracias Dios porque un día me viste con compasión y mandaste a alguien a hablarme de ti. Digamos que un día Dios, me vio, me miro con compasión y le dio la vuelta al vaso que me tenia atrapado.