Hoy es el tercer día que duermo en esta casa, el segundo consecutivo, y el cuarto que disfruto de la benevolencia de algún buen samaritano que ha dejado amorosamente su red abierta.
Desde hace tiempo atrás no asistía a un partido de los Mulos Rojos, en primera por que me corrieron, en segunda porque no me daba la gana y en tercera las dos anteriores bastan. Pero algo ocurrió y me dio la gana, ayer por la noche tuvieron un partido, el cual desidia su manera de llegar a la semifinal. si lo ganan en semifinal serían favoritos pero si perdían el partido, en la semifinal serían carne de cañón.
Y, como lo tenían merecido, lo perdieron por no entrenar, por no ser un buen equipo, por sentirse «estrellitas» , por falta de compromiso, por afeminados suaves… se sentía impotencia desde la banca, estar observando junto con algunos chicos que por jugarse la vida en la parrilla tenían fracturas varias. Ya no es mi época de sufrir con una derrota pues no soy yo quien está en la parrilla, pero entiendo a la perfección la cara de los pocos chicos que realmente entrenan.
Y para los entrenadores y jugadores actuales, un poco de historia «Mulos Rojos de la Facultad de Ciencias Químicas, que a mediados de los setentas, equipo altamente competitivo en aquel entonces, pues participaron en la Intermedia Nacional, dando fuerte pelea a todos los equipos, destacando el que jugaron en la ciudad de México, contra los Pieles rojas de Acción Deportiva, quienes en ese mismo año, con la misma base de ese equipo, conquistaron el cetro de Liga Mayor, bajo el mando de Manuel Rodero, quien al finalizar el encuentro contra los Mulos, felicito al Ing. Mario Curzio, entonces, entrenador de la Facultad de Química, por el excelente equipo que manejaba…» En un reportaje póstumo a Simon Torres, ex jugador de FCQ, Regio Deporte 17/04/2007. Ese mismo año jugué la final donde quedamos campeones en la temporada de novatos.
Hicieron sus esfuerzos pero no fue suficiente y después de una velada un poco decepcionante regrese a mi nueva casa, donde tengo lo básico; agua, luz, internet y una colchoneta. A descansar, lo mas curioso es que esa noche no tenia mi mac a la mano.
Me agrada que al llegar la noche, apagando la luz se tenga una oscuridad total en mi cuarto y además un silencio total, bueno casi a no ser por el sonido que produce el viento. Anoche antes de dormir pensaba en levantarme temprano para correr en las arboledas, o cuando menos trotar así que active la alarma en el celular y me recosté a eso de las diez treinta.
Cuando me despertó la alarma a las seis treinta, simplemente la apague y como si jamás hubiera pensado despertarme (la noche anterior) seguí durmiendo o recostado hasta ya muy entrado el medio día. Supongo que aun no me convenzo del todo de que es bueno para mi el hacer de esa manera mis días. Bueno, veamos que tanto puedo aprovechar el tiempo que le resta a este día.
Jesús Manuel García 