Salmo 131

Señor, mi corazón no es orgulloso,
ni son altivos mis ojos;
no busco grandezas desmedidas,
ni proezas que excedan a mis fuerzas.

Todo lo contrario:
he calmado y aquietado mis ansias.
Soy como un niño recién amamantado en el regazo de su madre.
¡Mi alma es como un niño recién amamantado!

Alma mía*, pon tu esperanza en el Señor
desde ahora y para siempre.


No es exactamente así pero me gusta personalizarlos, cuando leo cambio las referencias de tercera persona o de grupo, o al pueblo en general por algo más personalizado. Donde dice Alma mía originalmente dice Israel (en la NVI). Este Salmo corto y profundo de David, me hace meditar en la forma en que este mundo nos quiere valorar, con criterios que a los ojos de Dios no tienen valor. No hay que ir tan de prisa, no hay que afanarnos. Todo llega en su momento, todo lo que necesitamos, como añadidura.

Isaías 43:2-3a

Cuando cruces las aguas,
yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos,
no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego,
no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
Yo soy el Señor, tu Dios

Isaías 43:2-3a

Observemos que Isaías empieza las oraciones con la palabra «cuando» y no «sí», cuando cruces las aguas, cuando cruces los ríos, cuando camines por el fuego. «Cuando» significa que en algún momento sucederá así que debemos estar preparados.

Cuando cruces las aguas habla de la profundidad de la prueba, cuando nos sentimos sofocados pero Dios dice «yo estaré contigo», luego vienen los ríos que hace alusión a la fuerza, a la turbulencia pero «no te cubrirán sus aguas», finalmente habla de la intensidad que la prueba puede tener «cuando camines por el fuego» pero esta la promesa de que nos levantaremos sin quemaduras. Este pasaje tiene motivos para tener esperanza en momentos de angustia, Dios dice: Yo estaré contigo, no te cubrirán las aguas, no te quemaras. El transformara el mal en bien, y lo que nos pasa lo transformará para su gloria Él está conmigo, el va delante de mí, Él es siempre fiel, así que confiemos en sus promesas. (Vuelve a leer e pasaje).

Recordar

Asombroso el poder de nuestra mente, que puede traer a voluntad pensamientos (si se controla) o puede desbocarse y seguir sin control hilos de pensamientos destructivos, me parece solo lo hace hacia lo destructivo. Lo irónico es que sin importar si los pensamientos rumiados sean ciertos o no, el meditar en ellos (pensar constantemente) tiene el poder de volverlos reales, o al menos terminare por considerarlos reales, y por ende se actúa en torno a dicha realidad. Si tu te crees algo, actuaras de acuerdo a lo que crees.

Resulta angustioso sentir que no sé esta pensando bien, que no se puede hacer nada al respecto y estar paralizado cuando se aceleran los pensamientos a donde no quieres se dirijan. ¿Qué se puede hacer cuando me doy cuenta que mis pensamientos no son los que quiero? ¿Cómo detengo esa avalancha abrumadora? Recordando, teniendo el rol activo de recordar.

No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente:

¡El fiel amor del Señor nunca se acaba.
Sus misericordias jamás terminan.

Lamentaciones 3:21-22 (NTV)

Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor;
recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados.
Siempre están en mis pensamientos;
no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas.

Salmos 77:11-12 (NTV)

Tenemos que traer al corazón, recordar, verdades que debemos tener presentes. Tenemos que hablar a nuestra mente, tenemos que traer a nuestro corazón la conciencia de algo más grande que nuestro problema. Tenemos que recordarnos el panorama completo, y evitar enfocarnos solo en el conflicto.

Aun así, me atreví a escribirles sobre algunos de estos temas porque sé que lo único que necesitan es recordarlos. Pues, por la gracia de Dios

Romanos 15:15 (NTV)

Y es justo que deba seguir recordándoselas mientras viva.

2 Pedro 1:13 (NTV)

¿Qué necesito recordarme cuando estoy pasando por esos momentos? Es importante empezar por traer a nuestra memoria primero, las herramientas y promesas qué tenemos. Y en su debido tiempo, si se da la ocasión, ayudar a otros a recordar.