Anoche por algún arranque de locura, puse el despertador a las 8 am (que no tendría algo de anormal a no ser porque hoy es domingo). Me desperté… corrección me despertó la alarma me dispuse prontamente a apagarla y comencé la rutina de cualquier día lunes, me di cuenta a tiempo que era domingo al ver silencio (¿se puede decir ver silencio?) en casa y otros detalles. Regrese a la cama mas tranquilo y con mas deseos de dormir el doble de lo normal cuando suena nuevamente el celular, solo que esta ves no era el despertador era mi madre. Ni que decir, tenia que levantarme.

Luego de la llamada, después de no poder reconciliar el sueño conmigo. Comenzó mi terapia estrés liberadora, que a falta de un bat con esponja para pegar a los inquilinos de esta casa, me descargue limpiando la casa entera. Esperando terminar a tiempo para poder ir a la iglesia pero no soy tan rápido como pensaba. En cambio, a eso de la 1 pm llego un buen amigo de la facultad de nombre Jaime, Y platicamos como hace mucho tiempo no lo hacia.

Contra ti, solo contra ti he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo.
Yo reconozco mis rebeliones.
Conforme a tu inmensa bondad,
borra mis transgresiones.
Enséñame a vivir
como quieres que yo viva.

[Paráfrasis de varios Salmos.]

En esta ocasión ya no saque mis pensamientos revolucionarios, ni mis ideas políticas en extremo extremo extremo derecha. Fueron respuestas tan sencillas, que no se como se me vinieron a la mente en ese momento. Versículos que desde hace mucho no tenia conciencia, y palabras que posiblemente encontraron mas eco en el locutor que en el publico.