Una vez que se ha establecido una «necesidad», surge la pregunta: ¿cómo determinar si es auténtica o meramente inducida? Y, extrapolando, ¿cómo podría nuestra sociedad contrarrestar los aspectos perjudiciales que son inherentes a su propia estructura? Dado que el consumismo es intrínseco al sistema socioeconómico en el que vivimos, ¿no requeriríamos adoptar un estilo de vida radicalmente diferente, como el de las comunidades Amish, para evadir sus efectos? Aunque, incluso ese modo de vida podría no ser tan idílico como parece a primera vista.
Reflexionando sobre la noción de que «consumimos lo que no necesitamos», me cuestiono si mi elección de estudiar psicología fue genuinamente motivada por una aspiración personal o si, en cambio, fue influenciada por expectativas externas y promesas de un futuro promisorio. ¿Acaso el propósito subyacente de esta carrera no es simplemente adaptar a los individuos para que se integren eficientemente en el mecanismo capitalista que alimenta el consumismo? En este sentido, ¿no estaríamos, de manera paradójica, perpetuando aquello que criticamos? El consumismo, el desperdicio y la contaminación. Y llevando esta reflexión aún más allá, ¿existe realmente alguna profesión que no esté, de alguna manera, alineada con mantener o avanzar la dirección actual de nuestra sociedad?
Al detenerme en estas reflexiones, busqué quién más podría compartir estos pensamientos y encontré que no soy el único en vislumbrar esto. Por ejemplo, en el artículo de Alex Figueroba, se destaca que, aunque la psicología ha tenido como objetivo primordial mejorar la calidad de vida de las personas, en el mundo actual, esta disciplina tiende a actuar en favor del estatus quo, promoviendo el mantenimiento de las consecuencias negativas del “libre mercado”. La psicología, en este contexto, se presenta como un brazo correctivo del capitalismo moderno.
El capitalismo, al promover la competencia por recursos y la primacía de la propiedad privada, ha llevado a que la salud mental se enmarque en una estructura económica global. Esta estructura impulsa que cada vez más aspectos de la vida se rijan por la lógica del beneficio monetario, incluyendo la concepción de la salud mental como una mercancía. Las desigualdades materiales generadas por el capitalismo resultan en diferencias en la salud mental basadas en el estatus socioeconómico. A medida que aumenta el número de personas con dificultades económicas, también lo hace la prevalencia de trastornos mentales, en particular aquellos relacionados con la ansiedad y la depresión.
Figueroba también resalta el papel correctivo de la psicología. Aunque a largo plazo es más eficaz tratar la depresión o la ansiedad mediante psicología, el poder de las corporaciones farmacéuticas y la búsqueda de beneficios inmediatos han consolidado un modelo sanitario donde la psicología es poco más que un apoyo para trastornos que no se pueden «curar» con medicamentos. En este marco, la psicología actúa como una válvula de contención que, aunque puede mejorar el bienestar en casos individuales, no aborda las causas subyacentes de los problemas que afectan colectivamente a las sociedades.
Finalmente, la psicología contemporánea se ha adaptado al sistema social, político y económico de manera que favorece su continuidad y la adaptación de las personas a sus reglas de juego. En estructuras que promueven el individualismo, la psicología también se ve obligada a hacerlo si pretende ayudar a individuos específicos a superar sus dificultades. La psicología no será verdaderamente efectiva para aumentar el bienestar de la sociedad en su conjunto mientras continúe obviando la importancia primordial de modificar las estructuras sociales, económicas y políticas.
Pero, considerando que las carreras son creadas por la demanda del entorno, no existe una que esté trabajando realmente por un futuro mejor. Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos? (un poco de humor para cerrar, saludos).
Referencias
Figueroba, A. (2017, 29 marzo). ¿Es la Psicología el brazo correctivo del capitalismo moderno? Psicología y mente. Recuperado 8 de octubre de 2023, de https://psicologiaymente.com/social/psicologia-correctivo-capitalismo






